La literatura académica y la experiencia internacional han identificado la potencial sinergia entre los programas de acción contra minas y de desarme, desmovilización y reintegración. Asimismo, el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, firmado por el Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP), reconoció la acción contra minas como una ruta para la reincorporación de los excombatientes, la reparación de las víctimas y la reconciliación entre las partes de conflicto. Sin embargo, mismo antes de la firma del acuerdo, la institucionalidad colombiana, en cooperación con organizaciones no gubernamentales (ONGs), ya tenía experiencia con la reintegración de excombatientes por medio de la acción integral contra minas antipersonal.
Los excombatientes aportan claras ventajas para las labores de acción contra minas, además del desminado humanitario. Su experiencia como explosivistas, su conocimiento técnico y táctico y la memoria del conflicto armado son fundamentales para la conducción de estudios no técnicos, el despeje de tierras por diversas técnicas de desminado y la desactivación de artefactos explosivos. Los excombatientes también tienen acceso facilitado a las comunidades y están acostumbrados con las labores en los montes y en la selva. Como medida de reincorporación, la acción integral contra minas ofrece oportunidades de reparación, además de un empleo digno, con buen pago y que valoriza las experiencias previas de los excombatientes. Las comunidades afectadas se benefician con las distintas actividades de la acción contra minas, como la liberación de tierras, la educación en el riesgo de minas y la asistencia a víctimas, y con la reincorporación de los excombatientes.
En Colombia, la participación de excombatientes en la acción integral contra minas sucedió de tres maneras diferentes, a saber: el intercambio de información; la participación de excombatientes en el desminado humanitario a través de ONGs; y la creación de Humanicemos Desminado Humanitario, la única organización de acción contra minas totalmente formada por excombatientes. El intercambio de información ocurrió principalmente de manera descentralizada con excombatientes desmovilizados individualmente; no obstante, en 2015, guerrilleros de las FARC-EP apoyaron actividades de despeje de la Brigada de Desminado Humanitario, como una medida de construcción de confianza en el proceso de paz. Hasta la fecha, al menos 19 excombatientes en proceso de reintegración, es decir, desmovilizados antes de la firma del Acuerdo Final, trabajaban en organizaciones de acción contra minas. A pesar del bajo número, esa experiencia ha comprobado la eficiencia del empleo de excombatientes en el desminado humanitario, además de haber promocionado dinámicas de reparación y reconciliación. Por fin, Humanicemos es una iniciativa sin precedentes. Sus planes de desarrollo operacional sugieren que hasta 1.800 excombatientes podrán ser empleados por la organización. Humanicemos enfrenta algunos obstáculos burocráticos que, hasta la fecha, impiden la acreditación de su personal para las labores de estudio no técnico y de despeje. Sin embargo, la organización actualmente emplea 146 excombatientes y planea empezar en los próximos meses actividades de educación en el riesgo de minas, asistencia a víctimas, enlace comunitario, evaluación de impacto, entre otras.
Sin embargo, a pesar de las ventajas ya mencionadas, este estudio identificó los principales retos para la integración de los dos procesos. En primer lugar, se observa que la institucionalidad no ha formalmente reconocido la potencial sinergia de la reintegración y reincorporación a través de la acción contra minas. Con la excepción del Acuerdo Final, las políticas y directrices de implementación del proceso de paz, de los procesos de reintegración y de reincorporación y de acción contra minas son todavía presentados de manera desarticulada. En segundo lugar, hay el riesgo de resistencia por parte de algunas comunidades y de las fuerzas de seguridad en el comienzo de las operaciones de Humanicemos. La estigmatización y desconfianza en relación a los excombatientes pueden perjudicar el desarrollo de Humanicemos. Por fin, los Estados Unidos, el mayor donante para el programa de acción integral contra minas en Colombia, todavía reconocen a las FARC-EP, incluso sus excombatientes en proceso de reincorporación, como una organización terrorista. En consecuencia, la financiación estadounidense no puede ser empleada en soporte de Humanicemos y, hasta la fecha, ha impedido la acreditación de los excombatientes de las FARC-EP para las labores de estudio no técnico y de despeje.
En conclusión, se sugiere las siguientes acciones para la Agencia para la Reincorporación y la Normalización:
1. Promover la integración de la institucionalidad involucrada en los procesos de reintegración y reincorporación y en la acción integral contra minas, en especial entre la Agencia y la Dirección para la Acción Integral Contra Minas Antipersonal. Eso se puede hacer por medio de un plan de acción conjunto, reconociendo los beneficios potenciales en términos de acción contra minas, reintegración, reincorporación, reparación y reconciliación.
2. Promover la inclusión de excombatientes en proceso de reintegración y de reincorporación por organizaciones civiles de acción contra minas, incluyendo no sólo las operativas como The HALO Trust, APN, DDG, HI, FSD, CCCM, Perigeo, Polus, Atexx y COSINMI, pero también UNMAS, OEA y DAICMA.
3. Promover acciones de construcción de confianza entre la ARN y Humanicemos por medio de organizaciones internacionales y ONGs involucradas con apoyo técnico a Humanicemos.
4. Promover la organización Humanicemos DH en sus canales institucionales como buen ejemplo de reincorporación colectiva y manejar las expectativas de los excombatientes involucrados en el proyecto.
5. Apoyar Humanicemos DH en el diseño de estrategias de construcción de convivencia, paz y reconciliación en las comunidades afectadas.
6. Apoyar Humanicemos DH en el diseño de estrategias de comunicación y cooperación con el sector privado.
7. En coordinación con Descontamina Colombia, apoyar Humanicemos DH en su relacionamiento institucional, en especial con las fuerzas públicas.
8. Por medio de la Descontamina Colombia, incentivar medidas de construcción de confianza entre las fuerzas militares y Humanicemos Desminado Humanitario.
9. Realizar el seguimiento del proceso de reincorporación por medio de la acción contra minas.
10. Aprovechar los avances en el desminado humanitario para la promoción de otras iniciativas del proceso de paz, como la implementación de los Consejos Territoriales de Reintegración, los Programas de Desarrollo Rural con Enfoque Territorial (PDET) y los Programas Integrales de Desarrollo Agropecuario y Rural (PIDAR).